Proyectan otra macroplanta solar en el monte protegido del Realenc de Carcaixent
La segunda macroplanta se instalaría a continuación de la primera y llegaría a Simat. | LEVANTE-EMV
El movimiento vecinal se reactiva para reclamar un modelo sostenible
La fiebre por las macroplantas fotovoltaicas no cesa. Tras la aparición de un primer proyecto para instalar placas solar en el término de Carcaixent, una segunda empresa diseña ahora otra instalación en una planicie del monte protegido del Realenc.
Aunque cada vez menos gente pone en duda que ampliar el uso de la energía solar es de imperiosa necesidad, los modelos que ahora salen a la palestra generan cuantiosas incógnitas sobre su impacto en el terreno. Y con ello el rechazo de una parte de la sociedad civil. Es el caso del gobierno local y del movimiento ciudadano «Salvem el Realenc». «Creemos que no se deben aprobar proyectos si no tenemos constancia de cómo van a afectar al territorio. No hablamos de suposiciones, sino de realizar modelos prácticamente exactos que nos permitan conocer su impacto, por ejemplo, en los barrancos. Como gobierno, debemos exigir garantías de que no se va en contra de los intereses de Carcaixent», explicó ayer a Levante-EMV el concejal de Territorio, Lluís Candel.
Una segunda empresa sigue los pasos de la multinacional italiana Falck Renewables, que ya proyecta sobre el Realenc una enorme instalación que recabe energía solar. La otra mercantil que se ha interesado por el monte carcaixentí pretende construir una planta que sería una continuación de la primera y llegaría aproximadamente hasta la Sima de l’Aigua, en el linde con Simat. «Sería como si tuviésemos una lona negra en la montaña que coparía casi dos veces el casco urbano», alertó el edil.
Dado su tamaño, ambos proyectos siguen una tramitación de ámbito nacional, si bien el primer paso, que ya ha dado la segunda empresa, es el de obtener la compatibilidad urbanística, proceso municipal. «Nos encontraos indefensos y desprotegidos ante estas iniciativas de empresas que, no olvidemos, no buscan bienestar, sino beneficio», lamentó Candel.
La aparición de un segundo proyecto reactivó ayer el movimiento ciudadano «Salvem el Realenc», que se reunió para abordar su oposición a ambos proyectos bajo el lema «Renovables sí, però no així». Se exige un modelo alternativo que tenga un menor impacto en el medio ambiente. El ingeniero forestal Ferran Dalmau alertaba, durante el periodo de persistentes lluvias, del riesgo que habría supuesto para la localidad contar ya con la primera de las macroplantas. «Las placas solares son impermeables. Por tanto, impiden que el agua filtre a los acuíferos. Además, se eliminará la vegetación del área. Imaginemos si a los problemas de inundabilidad le añadimos una reducción de capacidad de infiltrar agua», exponía Dalmau.
Una hipótesis que también utilizó el edil de Territorio. «La montaña funciona como una esponja. Si se impermeabiliza aquella zona, el agua resbalará en busca de una salida y se encontrará con barrancos que no podrán retener todo el caudal. Por tanto, podría agravar los problemas que sufrimos de inundaciones». Por ello, se pide explorar otras opciones o, en su defecto, estudios más profundos sobre el impacto en el medio ambiente. «Sería hipócrita renunciar a energías fósiles o nucleares sin proponer alternativas, pero tampoco podemos dar barra libre a que se transforme de forma tan bestial el territorio», concluyó el concejal.
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